Movimiento social "El Papu".

El Papu es un neologismo veraniego para la cultura tricantina.

Dícese del mote con el que se conoce a un jugador de fútbol, de origen argentino, y que es posible que adquiera más relevancia histórica por una canción veraniega que por sus dotes deportivas.

Si buscais en Internet el "baile del Papu" no esperéis algo que sea capaz de equiparar, siquiera, en nivel artístico de Georgi Dann, que ya es decir. La melodía insufrible, la coreografía digna de festival de guardería en primavera...

Sin embargo, las casualidades hacen que la falta de talento no sea impedimento para adquirir notoriedad. Una broma en redes sociales se hace viral y sirve de motivo para ejercer cierta queja sobre la música "ofical" veraniega, que tampoco es que se distinga este año por su exquisitez artística.

El "Papu" llegó a nosotros de la mano de Gosi quien ganó una velada con su grupo con el bailecito, para sorpresa de todos los que invirtieron tiempos y esfuerzo en tratar de acompasar movimientos más complicados.

Gosi vio con claridad que la simpleza del Papu encajaba con las posibilidades de los niños tan pequeños a su cargo y logró que todos acabaran moviéndose a su ritmo.

En Linares "el Papu" también alcanzó viralidad. Fiesta final del campamento. Grupo profesional de animación que nos prestan un precioso servicio, de manera gratuita, para hacer su contribución a Cáritas...

En el turno de propinas se pide, cómo no, "el Papu" para sorpresa de los animadores quienes no conocían de tal propuesta musical.

Dominando el escenario, Gosi y sus secuaces (no merecen otro apelativo), logran un triunfo sonoro logrando el éxtasis entre el público enfervorecido coreando el: ¡Gol! ¡Gol! ¡Gol-Gol! Los animadores siguen las indicaciones de Gosi para aprender los pasos y se erige en el gran triunfador de la noche. Los animadores, incluso, piden referencias para extender el éxito en sus próximas actuaciones en bodas, bautizos y comuniones, lo que no deja de generarme cierto horror por que convirtamos en epidemia la astracanada de "el Papu".

Hasta aquí la parte simpática de la enésima canción veraniega que solo adquiere sentido en un contexto concreto no reproducible en la vida cotidiana.

Desde aquí, la parte más seria.

Hablamos de 53 jóvenes. No os aburro con la eterna secuencia de sus nombres, pero merecen ser coreados con gestos de respeto y reverencia por su ilusión, por su capacidad de esfuerzo y de trabajo, por su capacidad de sacrificio hasta caer rendidos, por una ternura estremecedora hacia los 100 niños de dos barriadas marginales en Linares, la séptima ciudad más pobre de España.

Podéis conocerlos mejor en: https://campotrabajolinares2017.blogspot.com.es Creo que encontraréis motivos para la esperanza, la reflexión y la oración en sus vivencias.

El "Papu" este verano, pone coreografía grotesca, pero pegadiza a un movimiento muy serio y tiene pinta que con aspiraciones de futuro.

El movimiento social "el Papu" de Tres Cantos, responde a los siguientes rasgos, al menos en lo que yo puedo percibir en un análisis lo más objetivo posible.

1. La juventud está para disfrutarla, para ser prudentemente alocado, para ser inteligentemente pícaro, para no dejar una sola ocasión para reirse de la vida y hacer chanza de todo detalle susceptible de ello.
2. El movimiento el "Papu" bebe de la distinción de momentos: si están los niños de Linares, el comportamiento es como el de trabajadores sociales, con 10 años de experiencia, en una exhibición de responsabilidad y acierto impropia de una persona de 15 años; si toca tiempo libre, preside la creatividad, la risa, la provocación y la gamberrada que coquetea, sanamente, con los límites de la prudencia; si toca reflexionar, nos quitamos los hábitos de niñato para entrar en el silencio, poner palabra sin rubor a lo que se vive con un respeto sagrado por la palabra del otro; si el tiempo es de oración, toca un inmenso silencio que cuestiona la forma de oración apresurada que muchas veces tenemos los mayores.
3. El movimiento el "Papu" ha rescatado la rebeldía del 68. Se marchan enfadados de Linares, cargados de una sana rabia porque no es comprensible la injusticia, y con el rostro encendido y los ojos brillantes que anticipan compromisos de futuro porque  hay que cambiar cosas: el movimiento "el Papu" ha declarado la guerra a la pobreza.

Los pudisteis conocer el miércoles cuando salíamos. Bastó un whatsapp el martes por la tarde pidiendo voluntarios. En cinco minutos se presentaron 20. 10 se excusaron con pesar por estar en la playa. Entre ellos, Alba, que viene desde San Sebastián de los Reyes, y Cristina que lo hace desde Soto: uno pensaba que ya había conocido las principales maravillas que la vida es capaz de generar.

A la 9.00 de la mañana estaban en la parroquia dispuestos a lo que fuera. Activaron la distinción de tiempos para ponerse en "modo profesional" y entender que los próximos 40 minutos eran de rigor y precisión, bien fuera recogiendo la documentación de los niños, colocándolos en los autocares, cargando sus maletas o en la Barca de Caronte...

Todavía reservaron otro rato para ayudar a recogerlo todo, para cargar la furgoneta y para generar un orgullo inmenso por poder tener la suerte de conocer a personas de semejante altura adolescente.

Hastiados de ninis, milenials... todos apelativos críticos y desalentadores para describir la juventud actual, reivindico el valor de el movimiento "el Papu", aunque su envolotorio sea de música torticera veraniega.

Porque el contenido es un canto a la esperanza.

Mi orgullo, mi admiración y mi inmenso cariño para los 53 nombres. Dais sentido a todos los esfuerzos que haya que hacer por vosotros. Os esperamos el día de las familias. Y bailaremos todos "el Papu".

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