El silencio de Santiago

17.07.2017

Los paisanos del valle de Villatoro siguen con la mirada la extraña secuencia de tres furgonetas, que se siguen unas a otras, rompiendo la tranquilidad de esta zona.

Por el retrovisor se percibe que cuchichean entre ellos, quizá preguntándose por la naturaleza de tal anomalía.

No se trata de ninguna escena propia de serie de policía científica de televisión, ni de un grupo de intervención ante una amenaza terrorista.

Se trata de doscientos comensales que han sido capaces de vaciar más de 5 estanterías de Makro para sorpresa de los encargados. Nunca había gastado más de 6000 euros en una tarde, y mucho menos en comida.

En Santiago de Aravalle reina la tranquilidad más absoluta.

Para los escasos habitantes de este pueblecito, la sorpresa no es tanta, dado que cuando quieren asomarse para entender el origen del ruido solo llegan a ver la tercera de las furgonetas.

Dos horas de descarga y una improvisada cena antes de dormir y volver a la parroquia para últimar detalles.

Sentado en el porche de la finca, en el silencio y el sosiego más absoluto, se acumulan emociones que generan extrañeza...

Esta finca está asociada a decenas de niños que generan un contraste con la más absoluta ausencia... Cerrando los ojos, vuelve el sonido de los juegos, de recuerdos imborrables que hacen de este lugar un espacio sagrado, de los capaces de vincular el presente al pasado, con tal intensidad que generan lo lo que los creyentes llamamos "memorial".

Pero el espacio de los ojos cerrados, está aún invadido por los recuerdos de Linares, por el canto de aquellos niños, por los acordes del "Papu" y las lágrimas saladas de quienes han vuelto a hacer sagrado el campo de trabajo.

Con los ojos cerrados, por un momento, es también posible sentir los nervios de quienes ocuparán estas campas en pocos días y que ya sueñan con el momento más mágico del año.

Y, así, con los ojos cerrados, entre el memorial de los juegos vividos, entre la emoción de lo vivido en Linares, y en la alegría de poder responder a quienes este año quieren soñar...

Surje una lágrima, de gratitud a Dios. Y de sal... Mientras haya fuerzas, seguiremos creando ilusiones.

Comentarios

Entradas populares